Con cada pulso de luz empiezo a distinguir nuevas siluetas. Me encuentro en un prado. Un paraje envuelto por una luz extraña, es precioso. Hay un riachuelo, unos pájaros y está cubierto de flores. La luz procede del interior de un anciano roble. A pesar de la hermosura de aquello sigo solo. No sé dónde debo ir, no lo conozco, no tengo mapa. Me pierdo en aquel mundo latente en mi interior.
Entonces despierto y la luz se apaga. Ahora, sigo solo, pero estoy en mi habitación. Estoy sentado, escribiendo esto y derramando lágrimas. No entiendo qué tengo de malo, no entiendo por qué nadie quiere visitar aquel hermoso paisaje. No obligo a que se queden, solo quiero mostrárselo y si les gusta los invitaré a quedarse allí, en un rincón de mi interior al que llamo sueño, corazón, sentimientos, ideas,...Solo quiero una oportunidad para ser feliz, una oportunidad que me permita compartir todo lo que guardo bajo llave dentro de mí.