Las pesadillas también son sueños

Una mirada introspectiva. Pero no hay nada, está oscuro. Noto que hay muchas cosas, su presencia es palpable, pero no consigo ver nada. Un foco de luz, minúsculo en el centro. Late tímidamente y va creciendo en intensidad. Se acompasa con los latidos de mi corazón. Bum...Bum...Bum...Bum...El haz de luz que emite permite que vea un poco lo que me rodea. Estoy solo. "¡Qué raro!" Pienso. Solo, como de costumbre. Solo y sin nadie a quien mostrarle todo aquello.
Con cada pulso de luz empiezo a distinguir nuevas siluetas. Me encuentro en un prado. Un paraje envuelto por una luz extraña, es precioso. Hay un riachuelo, unos pájaros y está cubierto de flores. La luz procede del interior de un anciano roble. A pesar de la hermosura de aquello sigo solo. No sé dónde debo ir, no lo conozco, no tengo mapa. Me pierdo en aquel mundo latente en mi interior.
Entonces despierto y la luz se apaga. Ahora, sigo solo, pero estoy en mi habitación. Estoy sentado, escribiendo esto y derramando lágrimas. No entiendo qué tengo de malo, no entiendo por qué nadie quiere visitar aquel hermoso paisaje. No obligo a que se queden, solo quiero mostrárselo y si les gusta los invitaré a quedarse allí, en un rincón de mi interior al que llamo sueño, corazón, sentimientos, ideas,...Solo quiero una oportunidad para ser feliz, una oportunidad que me permita compartir todo lo que guardo bajo llave dentro de mí.


Desgarrar tu pecho

Sentirnos encerrados dentro de una coraza a la que llamamos cuerpo. Queremos romperla. Hundir las manos en nuestro pecho y tirar con fuerza desgarrándolo y de esta forma poder ser libres. Nos vemos presionados cada día por muchas cosas. Nos oprimen, nos exigen y nosotros solo pedimos ser lo que somos, humanos.
Caminamos he intentamos sonreír, pero entonces las calles se inundan y nos ahogamos en un mar que nosotros no hemos creado. No nos queda oxígeno y nadamos hacia la superficie, pero cada vez parece estar más lejos. Nadie nos ayuda, porque todos intentan nadar hacia arriba y sobrevivir.
Sobrevivimos a otra inundación más y un nuevo día comienza. Nos preguntamos cuál será nuestro próximo reto, porque sabemos que lo habrá, pero sabemos que lo vamos a superar.
Nadie puede pararnos, la carrera ha dado comienzo y no nos detendremos. Aunque para llegar al final tengamos que dejarnos la piel y desgarrarnos el pecho, para que nuestro yo interior corra completamente libre.


Pensamientos de A.

La manada nunca abandona a uno de sus miembros. Se mantiene unida y frente a cualquier adversidad lucha para seguir adelante en conjunto. Cada lobo tiene su lugar y su función dentro de ella. Nadie cuestiona al líder de la manada, nadie que tenga sentido común al menos. Cuando alguno de los integrantes se subleva o hace algo que pone en peligro al resto es el conjunto quien expulsa al individuo.
En una manada los grandes cuidan de los pequeños, los que tienen experiencia enseñan a los inexpertos. Cada uno sabe muy bien qué es lo que debe hacer y todos son útiles. Ninguno mira por encima a otro, todos son iguales. Mantener el orden dentro del grupo no siempre es fácil, pero si todos ponen de su parte es posible.
Juntos pueden lograr grandes proezas, pueden cazar piezas de tamaños insospechado y pueden sobrevivir a las malas épocas. Si un miembro es atacado el grupo entero se levanta para defenderlo. Si es herido, cuidan de él.
Las noches de luna llena salen de sus guaridas y juntos suben a alguna montaña. Desde allí aúllan dirigiendo sus cabezas hacia el astro rey de la noche. 

La amistad no es tan diferente de una manada de lobos. Los lobos son criaturas asombrosas.


Amigos

Todos queremos un amigo fiel, al que acudir cuando lo necesitamos. Un amigo de esos que ayudan porque "para eso están los amigos". Un amigo de verdad que aunque no le guste una decisión te apoyará en ella hasta el final. Y que en caso de que salga mal estará ahí para que sigas a delante.
Mis amigos son de esos. No hablo de la gente que me cae bien, con los que paso buenos momentos. Sino de esos pocos pero verdaderos amigos que tengo. Con los que tengo miles de historias. 
Gracias a todos y cada uno de vosotros.












¡Grita!

Cuando te miran sonríes porque quieren que te recuerden así, feliz. Pero cuando se dan la vuelta, te dan la espalda y te quedas solo, entonces brotan las lágrimas. A veces estas lágrimas no son como todas. Unas veces se ven, otras lloras por dentro, en otros momentos gritas, en cambio en otros el silencio hace acto de presencia.
No sabes qué hacer porque estás hecho un lío, esperas que el tiempo suavice esta situación, pero esperas y no ocurre nada. Podrías hacer lo que todos, olvidarte de los sentimientos y hacer daño. Pero si algo has defendido siempre es que no eres como todos. Eres único, auténtico. Eres esa persona de la que estás orgullosa.
Algunos lo ven y lo aprecian, otros no. Quizás a esos últimos les falte madurez o simplemente se niegan a verlo. Pero sabes que nunca dejarás de ser quien eres.
Es hora de mirar por los que te quieren, por la gente que no te insulta, que está ahí, que se pone en tu lugar como tú te pones en el de ellos. Por esa gente que ha pasado tempestades contigo, aunque están a kilómetros de distancia.
Es hora de darlo todo por esas personas. Hoy empieza un nuevo comienzo. ¡Grita!


Lágrimas

Cuando no pasa más de un día y no paras de llorar, cuando te parece que todo se te cae encima. Intentas animarte, levantar cabeza. En ese momento que estás luchando por volver a ser tú. Y parece que todo el mundo se percata de ello y te ponen trampas. Te surgen más y más problemas.Ves a otros felices y te molesta. Ves a esa persona que siempre has querido en tus brazos en los de otro.
Te das cuenta de que estás solo, de que la persona que creías más cercana a ti está lejos. Lloras, pero lo ocultas. Al igual que ocultas las ganas de hacer locuras. Ocultas tu rostro, ocultas lo que sientes. Te lo guardas para ti. Y gritas de dolor por dentro.
Entonces es cuando sale tu mejor sonrisa, esa que hace que todos piensen que eres feliz, que todo va bien. Pero tu mirada está vacía. Solo quieres correr y huir. Irte lejos, desaparecer.
Te miran mal, te juzgan sin conocerte, pasas por muchas cosas que nadie parece entender. Llegas a tu casa y tu hermanita, a la que adoras, te pregunta: ¿cómo va todo? Y tu sonríes, pero no respondes, porque si hablas las palabras no saldrán de tus labios.
Te encierras en tu habitación y pones música a todo volumen, así nadie sabrá que lloras o gritas. Te apartas del mundo y ellos solo ven que eres un autista y los dejas de lado. No se preocupan por cómo estás realmente a pesar de ser tus amigos.
Crees que lo mejor sería buscar ayuda, pero tienes miedo de decírselo a tus padres. De que te juzguen y se lo tomen a broma. De que se burlen y rían de ti.
Solo ves una salida, no es la correcta, pero quizás es la única. Pero no la tomas, porque piensas que de momento prefieres esperar a ver si todo va a mejor aunque interiormente sabes que nunca irá a mejor.
Te marcas metas inalcanzables, y sufres por no llegar a ellas.
Estás solo, como siempre temiste estar.


Salta

Había muerto.
Diez minutos antes iba en mi bici, rondaba por un campo de trigo. Una sonrisa dibujada en mi cara, la música a todo volumen. Hacía un día de lluvia. Me encanta la lluvia. Me abrí paso hacia el final del campo, pude divisar un viejo árbol en cuyas ramas los pájaros se refugiaban y cuidaban de sus pequeños huevos. Una mariposa pasó cerca de mí. El viento soplaba con fuerza, jugaba entre mi pelo.
Llegué al árbol pero no me detuve, seguí pedaleando, mi destino estaba ya cerca. A unos escasos metros un acantilado. Dejé la bici y corrí hacia el borde. Recordé una vez más tu cara, tu sonrisa, tus ojos, tu pelo.
El viento intentaba impedir lo que estaba a punto de suceder, pero su fuerza no era suficiente, ya que la mía, mi motivación eras tú. Volví hacia atrás tan solo para coger impulso.1,2,3.....salté.
Un par de segundos más tarde era libre, ahora sí podía ser feliz, ya no tenía preocupaciones.
Había muerto.