Pensamientos de A.

La manada nunca abandona a uno de sus miembros. Se mantiene unida y frente a cualquier adversidad lucha para seguir adelante en conjunto. Cada lobo tiene su lugar y su función dentro de ella. Nadie cuestiona al líder de la manada, nadie que tenga sentido común al menos. Cuando alguno de los integrantes se subleva o hace algo que pone en peligro al resto es el conjunto quien expulsa al individuo.
En una manada los grandes cuidan de los pequeños, los que tienen experiencia enseñan a los inexpertos. Cada uno sabe muy bien qué es lo que debe hacer y todos son útiles. Ninguno mira por encima a otro, todos son iguales. Mantener el orden dentro del grupo no siempre es fácil, pero si todos ponen de su parte es posible.
Juntos pueden lograr grandes proezas, pueden cazar piezas de tamaños insospechado y pueden sobrevivir a las malas épocas. Si un miembro es atacado el grupo entero se levanta para defenderlo. Si es herido, cuidan de él.
Las noches de luna llena salen de sus guaridas y juntos suben a alguna montaña. Desde allí aúllan dirigiendo sus cabezas hacia el astro rey de la noche. 

La amistad no es tan diferente de una manada de lobos. Los lobos son criaturas asombrosas.