Bajo llave

Cruzo la calle sin mirar,
paseo bajo los árboles
y se dibujan en mi piel sus hojas,
tinta pasajera de una tarde cualquiera.

Es agradable la brisa 
acariciando y desordenando mi pelo.
No oigo más que mis pasos,
aunque camino sin dejar huella.

El cielo está medio desnudo
testigo eterno de todo lo que acontece.
No varía, no juzga, no siente.
Nada, absolutamente todo.

Se trata de esto,
o eso creo.
Vivir el tiempo, el momento,
porque está esperando al siguiente tren para irse.

Absorbo los últimos suspiros que le quedan al sol
y vuelvo sobre mis pasos.
Comprendemos o al menos eso creemos.
Sabemos o eso decimos.
Pero, ¿qué importa?

Yeray Brito (A.)