Las pesadillas también son sueños

Una mirada introspectiva. Pero no hay nada, está oscuro. Noto que hay muchas cosas, su presencia es palpable, pero no consigo ver nada. Un foco de luz, minúsculo en el centro. Late tímidamente y va creciendo en intensidad. Se acompasa con los latidos de mi corazón. Bum...Bum...Bum...Bum...El haz de luz que emite permite que vea un poco lo que me rodea. Estoy solo. "¡Qué raro!" Pienso. Solo, como de costumbre. Solo y sin nadie a quien mostrarle todo aquello.
Con cada pulso de luz empiezo a distinguir nuevas siluetas. Me encuentro en un prado. Un paraje envuelto por una luz extraña, es precioso. Hay un riachuelo, unos pájaros y está cubierto de flores. La luz procede del interior de un anciano roble. A pesar de la hermosura de aquello sigo solo. No sé dónde debo ir, no lo conozco, no tengo mapa. Me pierdo en aquel mundo latente en mi interior.
Entonces despierto y la luz se apaga. Ahora, sigo solo, pero estoy en mi habitación. Estoy sentado, escribiendo esto y derramando lágrimas. No entiendo qué tengo de malo, no entiendo por qué nadie quiere visitar aquel hermoso paisaje. No obligo a que se queden, solo quiero mostrárselo y si les gusta los invitaré a quedarse allí, en un rincón de mi interior al que llamo sueño, corazón, sentimientos, ideas,...Solo quiero una oportunidad para ser feliz, una oportunidad que me permita compartir todo lo que guardo bajo llave dentro de mí.