La culpa fue mía, por no saber cuantificar el amor. 
Porque a mí eso de querer bastante, mucho, demasiado, ... No me dice nada.
Para mí quererte es saltar a la cuerda floja y caminar,
con las piernas temblando y agarrándome al aire, sin haberlo hecho antes.

He conocido el infinito en la felicidad que me haces sentir
y ya no quiero soltarlo.
Y tengo miedo, pánico, terror.
Despierto por la noche sudando y sollozando.
Y no estás, ni vas a estar.
(Pero sí que estás)

De verdad que a veces no es que no quiera hablar, 
es que me quedo absorto mirándote, 
grabando con hierro al rojo en mi interior cada gesto.
Y río internamente pensando en la envidia que tienen todos los cuadros del mundo
porque no tienen tus colores, ni tampoco tus trazos.

Ojalá perderme en cada uno de nuestros abrazos
y quedarme a vivir ahí para siempre.
Destruirme contra tu cuerpo, romperme y hacerme polvo.

Comprendí eso de lo relativo cuando me parecía que un par de kilómetros era lejos,
y ahora lejos es todos los centímetros que nos separen.
Pero, sobre todo, comprendí que no me había sentido tan vivo desde hacía tiempo,
que es posible echar de menos al siguiente segundo de un "adiós",
o que los cristales se empañan si estamos cerca.

Y aquí me quedo yo,
sangrando, malherido,
despojado de todo, desnudo.

(Pero a tu lado)

Art by: @broken_isnt_bad
Instagram: https://www.instagram.com/broken_isnt_bad/?hl=es





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta aquí