En dos susurros

Hablemos de esta noche en dos susurros,
pero solo entre nosotros.
De cómo aprendí a besar sin besar
y tú a decir sin emitir sonido alguno.

Quizás no lo veas ahora
y todo esto puedan ser las palabras de un loco que ha tenido un mal sueño.
No te prometo que pueda ver el futuro,
pero en el pasado soy experto
y creo que un mal paso lo podemos dar cualquier día
pero, míranos, supimos bailar de todas formas.

Como ese brindis en el que se rompen las copas,
quizás por precipitarnos nos quebramos el uno al otro
y, sin embargo, no se nos nota, no estamos rotos.

Circunstancias que tejen una venda,
que no nos dejan ver eso que llaman realidad.
No supimos ser pacientes, no supimos.
Y míranos ahora, yo con sed de ti,
tú...

Ocupaste las primeras portadas de todas mis páginas
y sigues saliendo aún en ellas, en un rincón.
Dejémonos de esto, de este sadismo de segunda clase,
de susurrarnos todo esto.
Tomemos el corazón en un puño,
con fuerza,
que hay momentos que pasan y se pierden
y este no podía ser más tangible.

Ahora dejemos de susurrar,
gritemos.





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